Enología

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¿Qué sabes de vinos volcánicos?

Ayer, día 15 de mayo, organizada por la Asociación de Sumilleres de Córdoba y la empresa Pequeñas D.O.´s, con su gerente José Luis Hernández a la cabeza, en el local de nuestro amigo y contertulio Santi Carrillo de Bistro Vinos Suiza, tuvimos ocasión de conocer un poco más de cerca qué son «los vinos volcánicos» y qué singularidades presentan. A través de una inmersión en 12 vinos (7 blancos secos, un blanco semidulce y 4 tintos) intentamos descubrir «lo cierto» en esas señas de identidad que supuestamente una naturaleza en plena erupción en tiempos pasados quiso traspasarnos a través de las vides que hoy se asientan sobre esos terrenos llenos de magma y lava, y del vino que con ellas se elabora.

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Y es que, la creciente importancia que cada día toma el factor suelo como elemento diferenciador por las características que traslada a la uva, hacen que hoy se busquen más que nunca en la elaboración, y creo que con acierto, esas notas peculiares y distintivas procedentes del terreno en el resultado final de los vinos, aún cuando las variedades de uva sean las mismas.

La mineralidad, el toque terroso y un cierto «aroma a pólvora» son notas diferenciadoras e importantes de estos vinos procedentes de suelos volcánicos y que, en su mayoría, concentran sus pequeñas producciones en torno a las denominaciones de las Islas Canarias, concretamente las de Gran Canaria, La Gomera, La Palma y Tacoronte.

Vinos canarios de, por ejemplo, las Bodegas SAT Las Tirajanas, Bodegas Alisios, CB Montoro, Bodegas Las Cuevas, Bodegas Cráter y Bodegas Noroeste de La Palma; presentan a su vez una particularidad tremendamente llamativa, y es que son varietales de uvas prefiloxéricas como la albillo criollo (muy peculiar a mi parecer), la forastera blanca, la malvasía volcánica…

También son bastante conocidos y tuvimos ocasión de catar, algunos vinos volcánicos peninsulares, de la Tierra de Castilla, de una bodega muy consolidada como es Encomienda de Cervera en Almagro, en el corazón del macizo volcánico del Campo de Calatrava, con viñedos en altitudes entre los 750 y 850 metros. La variedades empleadas son chardonnay, verdejo y sauvignon para blancos; y tempranillo y syrah para tintos.

La experiencia nos dejó un postgusto agradable, y en cualquier caso aprendimos a rebuscar esas notas «volcánicas» que sin duda proporcionan un valor añadido a unos vinos que se consumen prácticamente en su totalidad en las propias Islas. La búsqueda de sus señas de identidad les proporciona un espacio propio muy interesante.

Personalmente, en blancos el Vega Norte, de Albillo criollo 100%,  me llamó la atención tanto por su aroma a albaricoque como por su boca golosa. Y en tintos, tuvimos de nuevo ocasión de saborear los estupendos vinos de Encomienda de Cervera que ya catáramos en Fenavin. El coupage de castellana, tintilla, verijadigo y listán negro de Bodegas las Tirajanas me pareció un tinto de gran estructura y digno de un buen final de cata.

También hay que destacar la armonización propuesta por Santi Carrillo para los  blancos con una magnífica mazamorra caramelizada, un paté de mejillones suave y unas berenjenas con miel en su punto. Los tintos lo acompañamos con una carrillera estupenda y terminamos con una espuma de yogur con maracuyá, frutos del bosque y un toque de hierbabuena de postre.

autor: joaquín morales

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Bodegas Sire: viñedos centenarios para un proyecto jóven e innovador

El pasado jueves 23 de febrero la empresa Máxima de Bebidas (grupo Heineken en Córdoba) organizó en sus instalaciones una cata de los vinos de la Bodegas Sire, de Peñafiel (Valladolid).

La invitación a Ángel González, presidente de la Asociación de Sumilleres de Córdoba, puso a prueba su capacidad de convocatoria entre los miembros de la misma y también lo que ello representa a fecha de hoy. Podríamos calificarla de notable, tanto dicha capacidad como los tiempos de bonanza y viveza por los que pasa la asociación en el  momento actual.

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Cómo prueba de esta «sintonía» presentamos aquí un post conjunto, compendio de la visión y de las opiniones de algunos de los miembros de la Asociación, compartidas, para que hoy puedan llegar a todos.

A modo de ejercicio interno creo que es sumamente interesante. No cabe duda que la integración del conjunto de las visiones es lo que da sentido a los grupos y en este caso hemos podido comprobar que las distintas percepciones individuales de la cata, unidas, suman y nos enseñan a todos.

Así lo vimos:

Sire es una bodega que integra vinos de las Denominaciones de Ribera del Duero y de Rueda, nacida de la ilusión y el amor por el mundo del vino, pero también de un gran conocimiento de este mercado, tal y como pudimos comprobar. Esto queda claro por la pasión con la que Kiko Pina, el dueño de este proyecto, habla de él, y porque los vinos dejan clara evidencia de esto.

La apuesta por elaborar vinos con cepas centenarias, cuidando rendimientos y en definitiva mimando la materia prima, queda patente en la calidad, complejidad e intensidad de estos vinos , como muy bien apunta Cristina Osuna.

Cepas viejas, grades vinos y espíritu joven en palabras de Gertru Pérez Alcántara

dsc_0374Cepas viejas, centenarias para presentar sus vinos en botellas nuevas e innovadoras.  La Botella Decanter Martín Berasategui System no dejó impasible a nadie: elegante (José Ignacio Fernández), llamativa y útil (David Romero), evita que los posos del vino queden en el fondo y no caigan a la copa, lo que las hace ideales para vinos con poco filtrado haciendo innecesaria la decantación (Álvaro Lara); atrevida, ergonómica y funcional se adapta a la mano a la hora de servir el vino (Kati Rodriguez)

NOTAS DE CATA para 4 vinos: un blanco y tres tintos.

– Sire blanco verdejo: correcto y conseguido

Verdejo 100%, fermentado en barrica y elaborado con uva procedente de viñas de mas de 40 años.  Vino nacido de la idea de elaborar verdejo, muy demandado actualmente,  pero dándole una vuelta de tuerca: objetivo conseguido. Un vino franco en nariz, con aromas varietales y propios de la fermentación en barrica que le aporta la untuosidad característica y lo hace más persistente en boca (Cristina Osuna). Aún después de la cata guarda intensidad aromática (Álvaro Lara).dsc_0359

Magnífico, sin excentricidades y  equilibrado (David Romero), sutil y elegante (Gertru Pérez). En definitiva, como dice Kati Rodriguez, «un vino franco, expresivo, con aromas primarios a cítricos maduros, hinojo y toques balsámicos.  Su paso en boca es armónico, sincero, con refrescante acidez, untuoso, postgusto largo y ligeramente amargo que invita a seguir disfrutando».

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– Sire 7: Algo más que roble

Tempranillo, procedente de viñas con cerca de 100 años y 7 meses de barrica. Vino de capa media-alta, intenso en nariz, agradable paso por boca. Y con «la sensación de que es un vino preparado para estar mas tiempo en barrica», en opinión de Cristina Osuna.

Un vino para copeo que para Álvaro Lara resultó el mas flojo de los 3 tintos, «pues la madera escondía bastante la fruta del vino, que es lo que esperas de un vino roble». Sin embargo a José Ignacio Fernández le pareció el más interesante, «El Versátil, con 7 meses de envejecimiento en barrica de roble le confieren  el cuerpo necesario para disfrutarlo sentado en una mesa junto a una buena carne y sin perder los aromas y el gusto frutal de un vino joven que tanto se disfruta en un copeo».

En la misma línea, a Kati Rodriguez, este 100% tempranillo le parece un «vino versátil, con aroma a frutas negras, ciruela, grosella, recuerdos terrosos que se entremezclan con toffee y cacao procedente de su paso en barrica, en boca, es aterciopelado, persistente, muy placentero de beber disfrutándolo solo o con un picapica».

– Sire 12: todo un crianza clásico

Un vino más al estilo Ribera del Duero clásico, «muy bien ensamblado los aromas y la madera, con buena acidez, con volumen en boca y que te pedía un trago tradsc_0372s otro. Un vino para acompañar carnes y con muy buena relación calidad-precio» según Álvaro Lara.

«Hermano mayor del anterior, capa alta, mayor intensidad y complejidad y un paso por boca agradable y más equilibrado, se nota ese tiempo más de crianza» (Cristina Osuna)

– Sire 24: el rey de la bodega

«Complejo, con aromas a dos mundos, majuelos antiguos y robles muy bien conjugados» fue la definición que Gertru Pérez hizo de él.

«El rey de la bodega, de cepas centenarias que solo podrían dar un vino para la contemplación y la tertulia. Un vino para regalártelo uno en una ocasión especial y compartirlo con gente que lo sepa apreciar» (Álvaro Lara)

Cati lo describió como un vino «para degustar, complejo, de gran finura, carnoso que evoluciona en boca, con una gran gama de aromas que va desde la cereza, ciruela, zarzamora pasando por torrefactos y ahumados, de gran largura».

«Vino de capa media-alta, algo evolucionado en color, pero de una gran complejidad aromática, en boca elegante, redondo y con una intensa retronasal» (Cristina Osuna).

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En definitiva, una buena cata, amena, didáctica y con vinos de mucha calidad, a la que, por ponerle un pero, faltaron para acompañar… «unos platitos de queso» como dice Álvaro Lara, o «un picapica» en palabras de Kati Rodriguez …

Y eso es todo…

Autor: Joaquín Morales

Los tesoros de Toro Albalá y un empujoncito «parker», dos clave…s, para el éxito

Datan los orígenes de las bodegas Toro Albalá,  en Aguilar de la Frontera (Córdoba) allá por 1715, y se considera (con sus discusiones) la segunda bodega más antigua después de Alvear. Su ubicación actual es de 1922, y su sede una antigua central eléctrica, hecho que ha determinado mucho el nombre de los productos de su «marca», pues… ¿quién no conoce el vino fino «eléctrico» y su famoso envase en forma de bombilla?. Es su vino más conocido, de tono verdoso, «dicen que por la unión de las raíces de la vid con el olivo» (como le gusta recordar a José Mª Raya Trigo, su Director Comercial, en sus presentaciones).

Frases como «dame un calambrazo» o «cuántos voltios tiene este vino?» se han hecho populares en las tabernas con referencia a este vino.

La procedencia de sus caldos es de los pagos que la bodega posee entre esos 10 magníficos km que hay entre Aguilar de la Frontera y Moriles, donde el terreno se eleva más sobre el nivel del mar, y lo que les ha conferido a esos pagos el sobrenombre de «moriles alto».

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Sin embargo, el determinante de su expresión actual como moderna empresa se produce cuando en 2013 Robert Parker, conocidísimo gurú en el mundo del vino, da 100 puntos parker (lo máximo) en su revista «wine advocate« a un vino dulce realmente excepcional de Bodegas Toro Albalá: Don PX Convento Selección 1946.

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