Turismo gastronómico y enológico

Cuando viajes a un lugar «algo más remoto»… ayuda al que te espera!!!

Es frecuente observar cuando viajas como trasladamos nuestros niveles de exigencia urbanos al lugar al que vamos. Es un derecho desde luego exigir, siempre y cuando estemos seguros también de haber cumplido con nuestras obligaciones. Cuando hacemos turismo rural damos por hecho que todo ha de ser «bueno, bonito y barato» y puesto en tiempo y forma ante nosotros. Así debe ser, pero pensad… en un fin de semana como el pasado de temporal que hay gente «esperando» a que tu llegues para así poder mejorar los niveles de renta que el día a día no les permite con su actividad rutinaria. Para que nosotros podamos ir a disfrutar de semejantes sitios, es necesario que alguien esté allí, esperando y cuidándolos. Y no creo que sea por razones románticas en la mayoría de las ocasiones.2015-02-01 20.29.01Colaboremos pues!!! No porque sea un hotel rural se puede fumar en el comedor, o relajarse en las normas mínimas de comportamiento, o pensar que el que está detrás del mostrador tiene necesariamente un menor nivel de formación. No afeemos cosas tan bellas como esta.

El turismo crece. Estamos a la altura?

Cada nuevo fin de semana, cada puente, cada fiesta vemos, sin necesidad de consultar las estadísticas, como nuestra magnifica ciudad, Córdoba, se llena de gente.
La ciudad es obvio que se presta a ser visitada. Y de hecho, siglos de
Historia ponen en nuestras manos una fuente de supervivencia
Magnifica cual es el turismo.
Pero cada día que salgo me pregunto si estamos a la altura de la ciudad, de su historia, de la oportunidad que nos da.
A veces me Da La sensación que nuestra prepotencia y falta de humildad subestima sin duda la paciencia del turista: cerramos las puertas en sus narices?, despreciamos su lengua?, …
Muchos son los cambios que se están produciendo pero me parece que aún es mucha la FORMACIÓN que se precisa. No creerlo es abusar de la gallina de los huevos de oro.

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Cuenca nos ha sorprendido… y de allí traemos colores para trabajar

de Eusebio Sempere

de Eusebio Sempere

Impresionante ciudad la de Cuenca, de la que no encuentras indicadores de su existencia hasta 70 km antes de llegar y que aparece de pronto como un dragón de dos cabezas. Todo nos ha sorprendido, sus gentes amables y generosas, sus platos bien rellenos, las piedras que hablan, lo inexpugnable del lugar, las hoces que envuelven, la historia confusa contada por inconformistas en la noche, la mezcla de estilos sucesión de imposiciones; todo nos ha sorprendido. Y especialmente un museo, el de arte abstracto, fruto del tesón de los importantes artistas que lo crearon, colgado de la piedra, impresionante. De allí traemos los colores para nuestras ideas. Una colección de paisajes de Eusebio Sempere, entre ellos «Campo de mimbre» (foto) inspira nuestros platos y enraiza con nuestra idea de pura cepa.