Es frecuente observar cuando viajas como trasladamos nuestros niveles de exigencia urbanos al lugar al que vamos. Es un derecho desde luego exigir, siempre y cuando estemos seguros también de haber cumplido con nuestras obligaciones. Cuando hacemos turismo rural damos por hecho que todo ha de ser «bueno, bonito y barato» y puesto en tiempo y forma ante nosotros. Así debe ser, pero pensad… en un fin de semana como el pasado de temporal que hay gente «esperando» a que tu llegues para así poder mejorar los niveles de renta que el día a día no les permite con su actividad rutinaria. Para que nosotros podamos ir a disfrutar de semejantes sitios, es necesario que alguien esté allí, esperando y cuidándolos. Y no creo que sea por razones románticas en la mayoría de las ocasiones.Colaboremos pues!!! No porque sea un hotel rural se puede fumar en el comedor, o relajarse en las normas mínimas de comportamiento, o pensar que el que está detrás del mostrador tiene necesariamente un menor nivel de formación. No afeemos cosas tan bellas como esta.
