Desde luego que no vamos a descubrir nada, pero no deja de ser sencillamente maravilloso.
Cualquier rincón, de día o de noche, resulta siempre sorprendente.
Desde barrios populosos y sencillos como La Chana en el mesón Las Perlas, o en plena zona céntrica con lugares como la Alacena de las Monjas, o el excéntrico pub Verdi, Granada te sorprende.
Es una ciudad donde, además de su consabida belleza o valor patrimonial, solo el hecho de pasear, mirar, tapear, … genera un irrepetible deseo de volver. Sientes y agradeces vivir.
Ve a Granada. No lo pienses. Y déjate llevar. Veras la vida de otra manera.